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Así afecta el estrés a la calidad de tu piel

Conoce cómo afecta el estrés a la calidad de tu piel

Una manera en la que se refleja el estrés es a través de la piel, que es nuestro mayor órgano. Si el estrés nos invade, es normal que se vea afectada. El estrés produce cortisol, la “hormona del estrés”, y un exceso de esta produce un desequilibrio que se aprecia en la piel.

Es importante aprender a gestionar el estrés, ya que este se va a ver reflejado en nuestro cuerpo. Tenemos que establecer rutinas adecuadas y velar por nuestro descanso: debemos dormir lo suficiente, echarnos una siesta de 10-15 minutos, hacer cualquier tipo de ejercicio que libere la tensión muscular, etc.

Os indicamos 5 consecuencias del estrés en nuestra piel:

Envejecimiento prematuro: el estrés empeora las arrugas al inflamarse la piel, además de hacerla más vulnerable a las adversidades. También hace que se pierda colágeno, ya que el cortisol liberado hace que la pérdida del colágeno sea 10 veces superior a la normal. El estrés dificulta la regeneración celular, y esto tampoco ayuda a tener una piel radiante.

Pérdida de luminosidad: el flujo sanguíneo se dirige a los músculos, produciendo más tensión muscular.  De este modo se reduce el flujo sanguíneo en el resto del cuerpo, por lo que llegan menos nutrientes a la piel a través de la sangre.

Deshidratación: por esta falta de riego sanguíneo que mencionamos antes y porque se produce una mayor evaporación de líquidos. Resultado: arrugas y flacidez.

Piel roja: se puede producir urticaria puesto que el cuerpo segrega más adrenalina y cortisol, y este desequilibrio puede dar como resultado urticaria y ronchas rojas. Incluso si sufres de psoriasis, lo puede empeorar. En general, el estrés deteriora el sistema inmunológico.

Acné en personas adultas: la tensión produce una respuesta inflamatoria y esto hincha los poros, obstruyéndolos. El estrés también libera más andrógenos, lo que produce espinillas.

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